En los países anglosajones y nórdicos se suele aromatizar con vainilla, en los mediterráneos con canela, con azafrán en Irán y con cardamomo en el norte de la India.
En un cazo se pone la leche en el fuego con el palo de canela y la piel de limón. Cuando empieza a hervir, se apaga el fuego, se tapa el cazo y se deja infusionar durante una hora.
Por otro lado, el arroz se pone en un recipiente cubierto de agua fría y se pone en el fuego. Cuando empieza a hervir, se pasa a un colador y se enfría bajo el grifo.
Paso 2:
Se retira la canela y el limón de la leche y se añade el arroz. Se pone a fuego lento y, sin dejar de remover con una cuchara de madera, se va añadiendo el azúcar poco a poco. Cuando el arroz está tierno y casi se ha consumido la leche, se retira del fuego y se añade la nata.