Se lavan y se secan bien las berenjenas. Cortarlas en dos mitades a lo largo y hacer pequeñas incisiones con la punta del cuchillo. Sazonar y dejar reposar durante 15 minutos.
Paso 2:
Se fríen las berenjenas en acite bien caliente con la piel hacia arriba y se dejan reposar sobre papel de cocina absorbente.
Paso 3:
Se retira la pulpa de las berenjenas y se tritura bien fina.
Paso 4:
Se prepara una besamel. Se dora la cebolla en una cucharada de mantequilla, se añade la harina y se incorpora la leche poco a poco sin dejar de remover. Sazonar con sal, pimienta y nuez moscada. Cocer a fuego medio durante 15 minutos sin dejar de remover.
Paso 5:
Unir la bechamel con la pulpa de berenjena triturada, añadir el huevo y la mitad del queso rallado. Rectificamos de sal y pimienta.
Paso 6:
Se rellenan las berenjenas con la mezcla obtenida y se colocan en una fuente de horno huntada con mantequilla.
Paso 7:
Se cubre con el queso restante y se gratina en el horno a temperatura fuerte durante unos minutos, hasta que se forme una costra dorada