Paso 1:
Lava las almejas y en un plato las dejas reposar unos minutos con agua y un poco de sal. Después de escurridas las metes en una cazuela tapada hasta que se van abriendo… Soltarán un jugo… Pues lo cuelas y lo reservas porque lo vas a utilizar más tarde. Por cierto, yo las voy sacando de una en una conforme se van abriendo.
En otra cazuela rehogas en aceite la cebolla y los ajos picados, hasta que esté transparente, añades un poco de harina o el pan rallado, para que espese la salsa, el vino blanco, un poco de agua y el caldo de cocer las almejas. Echas un poquico de sal, dejas que hierva y echas las almejas. Finalmente, espolvorea con perejil picado y listo!
Ummmmmmm!!!