Paso 1:
Pica los cubitos de hielo (bien en una picadora o introduciéndolos en una bolsa de plástico y dándoles la paliza que se merecen con un rodillo). Distribuye el resultado en dos vasos altos.
Paso 2:
Mezcla el zumo de lima, el de limón y el azúcar en una jarra. Añade la clara de huevo y la ginebra y vuelve a mezclar, mejor si es con una batidora con varillas (para que se forme esa espuma tan resultona).
Paso 3:
Cuela a través de un colador y vierte en los vasos. Si eres débil de espíritu, añade soda.