Paso 1:
Comenzamos poniendo en un bol los ingredientes secos: el azúcar, la harina, la almendra y la pizca de sal. Mezclamos todos los ingredientes con unas varillas. Después añadimos la mantequilla a temperatura ambiente desmenuzándola con los dedos, después amasamos la mezcla hasta que nos quede una textura suave y hacemos una bola.
Paso 2:
Partimos la bola a la mitad y colocamos cada parte entre dos papeles vegetales, después estiramos la masa con ayuda de un rodillo. Yo no suelo estirarlo demasiado porque me gustan gorditas, se suele recomendar con un grosor de medio centímetro. Después colocamos las masas en una bandeja y la introducimos en la nevera durante 30 minutos.
Precalentamos el horno a 160ºC.
Paso 3:
Por último sacamos la masa, recortamos las galletas y decoramos al gusto. Horneamos unos 20 minutos o hasta que las galletas estén doraditas.
Unimos los recortes los amasamos y repetimos la misma operación que antes, los ponemos entre los papeles, estiramos y lo metemos en la nevera mientras se hace la otra hornada y así sucesivamente, es un poco engorroso, pero queda mejor.