Paso 1:
Poner la gelatina en un recipiente con agua fría, montar las claras, mezclar el queso con el aroma de vainilla y el edulcorante (no queda demasiado dulce, si os gusta echarle un poco ).
Paso 2:
Hervir la leche en polvo con 200 ml de agua y disolver en ella la gelatina, retirar del fuego e incorporar las claras batidas y el queso blanco, mezclar con cuidado y dejar reposar, cuando esté casi frio meterlo en la nevera una noche entera para que cuaje.