Paso 1:
Primero, pon a cocer los huevos en agua durante 10 minutos.
Pica la cebolla y déjala que se dore en una sartén con aceite. Añade una pizquica de sal. Cuando esté doradica, agrega la harina poco a poco, remueves bien intentando que no se hagan los dichosos grumos y vas echando poco a poco la leche sin dejar de remover. Cuando ya tengas lista la salsa bechamel, añade otra pizquica de sal.
Paso 2:
Corta muy menudicos los huevos duros y échalos a la salsa bechamel. Luego, lo mismo con el atún, viértelo en la sartén con la bechamel, desmenuzadico, remueve y ya déjalo enfriar durante un par de horas. O mejor, para el día siguiente.
Paso 3:
Cuando la masa ya está fría, prueba a darle forma de croquetas a la masa, cogiéndola en porciones y ayudándote o con un tenedor o con tus propias manos, impregnadas de harina para que no se te pegue. Pásalas por harina, por huevo batido y por pan rallado… y fríelas en abundante aceite caliente.
La verdad es que lo más costoso es darle forma a las croquetas y pasar por todo el proceso del rebozado con la harina, el huevo y el pan rallado. Aprovecha para hacer muchas, así congelas unas cuantas (rebozadas, sin freír) y las vas sacando cuando no tengas ganas de hacer cena.
Deliciosas!!