Paso 1:
Lava las codornices y sécalas con papel absorbente. En una sartén no muy grande, calienta aceite para dorar las codornices. Una vez que están doradas, puedes retirarlas con cuidado y reservarlas. Vamos a escabecharlas.
En ese mismo aceite, rehoga la cebolla picada y los ajos pelados y enteros. Añade el laurel y el tomillo, remueve e incorpora las codornices.
Vierte por encima el vinagre, el vino, el agua, la pimienta, sal a tu gusto y las zanahorias peladas y cortadas en rodajas.
Las codornices tendrían que quedar cubiertas, así que si no es el caso, puedes echar un poco de agua más. Tapa la sartén y déjalo a fuego bajo durante unos 30 minutos.
Pasado ese tiempo, las codornices estarán tiernas. Deja enfriar un rato y ya puedes guardarlas en un bote de conserva en el frigorífico, donde aguantará al menos una semana (bien tapado y cubierto del caldo). Así puedes disfrutarlas cuando tú quieras.
Las debes sacar de la nevera al menos una hora antes de degustarlas.
Otra opción de presentación es deshuesar las codornices y colocarlas en una fuente con el caldo y las zanahorias.