Paso 1:
En una sartén ponemos cuatro cucharadas soperas de aceite a calentar. Cuando esté caliente ponemos la cebolla y los ajos bien picados y bajamos un poco el fuego para que no se tueste la cebolla. Cuando empiece a estar transparente ponemos el tomate triturado, movemos y echamos sal. Dejamos cocinar el tomate frito unos doce-quince minutos.
Paso 2:
Reservamos para que se vaya enfriando. Al mismo tiempo encendemos el horno para que se vaya calentando a 170º.
En un bol batimos dos de los huevos, parte de la harina, 60g. (2 cucharadas y 1/2 soperas) sal, pimienta molida y mezclamos con el tomate frito bien hasta que no haya grumos. Troceamos las aceitunas y las añadimos a la mezcla.
Paso 3:
Vertemos en un molde alargado o cuadrado resistente al horno que previamente habremos untado bien con aceite por todos lados.
En otro bol batimos el queso fresco con sal, pimienta molida y orégano.
Mezclamos bien con un tenedor y añadimos un huevo batido y el resto de la harina, 20g. (una cucharada sopera) Mezclamos muy bien.
Paso 4:
Ahora, con una cuchara sopera vamos poniendo porciones de esta mezcla repartidas por encima del tomate y mezclamos un poco de arriba a abajo.
Alisamos la superficie y lo metemos al horno unos 35m. más o menos. Pasado este tiempo lo pinchamos con un cuchillo afilado y si sale seco es que ya está cocido. Lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar.
Paso 5:
Cortamos en porciones cuadradas o rectangulares de bocado sacándolo con cuidado para que no se rompan. No se debería de haber pegado. Adornamos los cuadraditos con una aceituna pinchada en un palillo o bien con aceitunas negras sin hueso bien picadas. Servir frío.