Paso 1:
A veces ocurre... Los duendes de la cocina también existen y algunas veces se unen para fastidiarte el plan... en ese caso el flan.
Te cuento primero cómo yo hago esta receta, y si luego se te rompe, no pasa nada!
Pon el agua y 3 cucharadas de azúcar en un cazo, y lo mezclas a fuego lento hasta formar un caramelo. Viértelo enseguida en el recipiente que vayas a utilizar para el flan, porque el caramelo se solidifica muy rápido.
Precalienta el horno a 180ºC. En un bol bate los huevos con la leche, la nata y lo que queda de azúcar y mezcla todo muy bien con la batidora o con las varillas. Vierte la mezcla en la flanera y la colocas en la fuente del horno. Llena esa bandeja del horno de agua hirviendo hasta cubrir la flanera por la mitad, más o menos. Lo horneas durante 15 minutos.
Pasados esos 15 minutos, baja la tempratura del horno a 160 y lo horneas 20 minutos más o hasta que cuaje. Deja enfriar un poco antes de extraerlo para servir.
Si no se te rompe… genial. Y si se rompe, prueba a hacer un batido, como yo ;-)
Para poder recomponer el desaguisado en el que me ha quedado el flan, he hecho un batido, con un poco de leche y con leche condensada.
Bate muy bien el flan con la leche bien fría hasta que te quede una crema espesa y mételo un rato en la nevera. Cuando el batido esté bien frío, lo puedes poner en una copa pequeña (es bastante consistente, ya sabes…). Echa el batido poco a poco y altérnalo con capas de leche condensada. Decora con caramelo, con chocolate rallado o canela.