Paso 1:
Ponemos el aceite en una cazuela con tapa y doramos los ajos, incorporamos las almejas (que hemos dejado en agua salada un día para que escupan la arena y demás basurillas que no nos queremos comer), tapamos y dejamos hasta que estén todas abiertas.
Vertemos el vino y el agua, espolvoreamos el pan rallado y removemos.
Cocemos durante 10 minutos a fuego bajo, moviendo de vez en cuando.
Espolvoreamos el perejil y nos las comemos con las manos directamente de la cazuela. El que no moje pan en la salsa es que no tiene ni puta idea de comer.