Paso 1:
Limpia bien las sardinas, quitando escamas, cabeza, tripas y la espina central, pero sin separar los filetes del todo. Sala y colócalas en un recipiente para el horno.
Pon el horno a calentar a 200 ºC.
Pica en un mortero los ajos y el perejil, con un buen chorro de aceite de oliva. Echa un poco de pan rallado también en el mortero. Vierte esa mezcla en las sardinas e introdúcelas en el horno, ya caliente, durante 10 minutos.
Puedes poner también unas rodajas de tomate cubiertas también con un poco de la mezcla de ajo y perejil del mortero.
Ummmm!!!