Batir con las varillas la mantequilla con el azúcar hasta obtener una mezcla blanquecina. Agregar, uno a uno, los huevos para que queden bien integrados.
Incorporar el queso crema, la ralladura y la crema fresca. Una vez esté homogéneo, añadir la harina tamizada con la levadura, la sal y el parmesano.
Disponer la mezcla en un molde, forrado con papel de horno y hornearlo a 180 grados durante 45-60 minutos, hasta que al introducir un palillo éste salga limpio (dependiendo del horno, puede alagarse el tiempo de cocción).
Retirar el molde del horno y dejar enfriar completamente sin desmoldarlo. Una vez totalmente frío, voltear sobre un plato (esto es porque la parte inferior estará completamente recta y resultará más bonito).