Paso 1:
Es muy importante ablandar el pulpo antes de cocinarlo, si lo congelamos el resultado es mejor.
Sacamos el pulpo un día antes del congelador y lo pasamos al frigorífico para que se descongele.
Ponemos una cazuela al fuego con agua y una cebolla pelada
entera, no añadimos sal pues el pulpo se sala al final. Cuando rompa a hervir añadimos el pulpo, lo cogemos por la cabeza y “lo asustamos”, esta técnica consiste en meter y sacar el pulpo 3?4 veces de la cazuela para conseguir que el pulpo se quede tieso y no se le caiga la piel durante la cocción.
Cocemos el pulpo durante unos 45?50 a fuego medio dependiendo del tamaño. Hay que pincharlo de vez en cuando para ver como está de duro.
Mientras está cociendo, pelamos, lavamos y troceamos las patatas a la mitad. Reservamos.
Cuando acabemos de cocer el pulpo lo dejamos reposar unos minutos y luego lo sacamos a una fuente. En el mismo agua echamos las patatas y cocemos durante 15 minutos.
Cortamos el pulpo con unas tijeras de cocina, las patas en trozos de 1 cm de grosor y la cabeza en trozos pequeños.
Lo servimos en plato de madera con una base de patatas. Salamos con sal gorda, espolvoreamos con el pimentón y rociamos con un poco de aceite.