Paso 1:
Precalentamos el horno a 180ºC.
Preparamos las cápsulas de papel en 12 flanericas de metal, que yo no tengo bandeja especial y soy pobre.
Tamizamos la harina con la levadura y el cacao en un bol. En otro bol batimos la mantequilla con el azúcar hasta que se esponje y vamos añadiendo los huevos, uno a uno, batiendo hasta que se incorporen.
Añadimos la mitad de la harina y batimos a velocidad baja. Ahora vertemos la leche mezclada con la esencia de vainilla, y volvemos a batir.
Echamos el resto de la harina y batimos hasta que la mezcla sea homogénea. Repartimos la mezcla en las cápsulas, sin llenarlas más de 2/3.
Horneamos 25 minutos o hasta que el famoso palillo salga limpio.
Dejamos enfriar en el molde 5 minutos y después pasamos a una rejilla, hasta que se enfríen por completo.
Mientras, hacemos mini churros:
En un cazo, calentamos el agua con una gotita de aceite y una pizca de sal.
Cuando hierva, añadimos la harina de golpe y removemos rápidamente.
Retiramos el cazo el fuego, cogemos la masa y la metemos en la manga pastelera.
Calentamos el aceite en otra sartén y cuando esté muy caliente, empezamos a echar nuestros churros. Sacamos a papel absorben cuando estén empezando a dorarse. Luego (si queremos, los pasamos por azúcar).
Para el decorado tamizamos el azúcar glas con el cacao y los echamos a un bol junto con la mantequilla y la leche. Batimos bien con varillas. Tiene que quedar cremoso y de color chocolate intenso.