Paso 1:
Limpiar los níscalos con un cepillo para que no queden restos de arena. Lavarlos bajo el grifo de agua fría, escurrir y trocear. Pelar y cortar los ajos. Picar bien el perejil.
Poner a calentar una sartén al fuego, agregar los níscalos y dejar que se cuezan en su propio jugo. Cuando estén tiernos, incorporar dos cucharadas de aceite, el ajo, el perejil, la guindilla, salpimentar y saltear durante seis minutos. Añadir el zumo de limón, esperar a que se reduzca la salsa, retirar del fuego y reservar calientes.
En una sartén con abundante aceite, freír los huevos de uno en uno y retirarlos con la espumadera cuando la clara esté frita. Servir dos huevos en cada plato acompañados por el salteado de níscalos.