Aquí va un plato sencillo (como todos) y ligero, para aquellos que quieran bajar un peso de peso si se han pasado durante las vacaciones. Y no os preocupéis si estáis a dieta, está rico.
Si la pechuga no está fileteada, la fileteamos sin que sean excesivamente finos los filetes para que después no queden secos. Ponemos aceite en una sartén y lo freímos al gusto y retiramos.
Paso 2:
Sacamos algunos aros de piña y los pasamos por la misma sartén con algo de jugo. Cuando estén dorados los retiramos y echamos un poco más de jugo de piña y una cucharada de miel. Veremos cómo queda una salsa caramelizada.
Paso 3:
Cuando veamos que está hecha le echamos los filetes y a fuego lento calentamos el pollo.