Cortamos el queso en dados bien grandes. Al ser para dos personas, cortamos cuatro (aunque si somos muy queseros podéis añadir más). Batimos un huevo y colocamos pan rallado en un plato. Cogemos un dado, lo pasamos por el huevo, después por el pan y repetimos dos veces este proceso para evitar que se nos abra cuando lo friamos. Hacemos esto con todos los dados y los echamos a freír. Es importante que el aceite esté bien caliente para que no se nos abra y el pan rallado quede tostado. Después retiramos el queso y lo dejamos escurriendo en papel de cocina.
Paso 2:
Lavamos las lechugas que hayamos comprado. Si os da pereza elegirlas en el supermercado, os recomiendo comprar una bolsa de ensalada, dan bastante buen resultado. Una vez escurridas cogemos un pequeño puñado y lo colocamos en el centro del plato. Desmigamos la granada y echamos unos granos por encima. Previamente habremos tostado una rebanada de pan de molde y lo cortamos en dos tiras para después colocarlo en el plato sobre la lechuga. Ahora también echamos el queso frito.
Paso 3:
Para el aliño, cogeremos un vaso y echamos 3 cucharadas de aceite de oliva, 1 de vinagre y un poquito de ajo molido y sal. Lo mezclamos bien y lo vertemos encima de la ensalada.
¡Ya está lista para comer!