Paso 1:
Precalentamos el horno a 180ºC y engrasamos nuestro molde.
En primer lugar, trituramos las galletas hasta que parezcan pan rallado. Las mezclamos con la mantequilla, fundida. Añadimos el azúcar y mezclamos bien. Cubrimos la base del molde y lo metemos en la nevera para que se endurezca.
Batimos el queso con el azúcar y la harina hasta que la mezcla sea homogénea.
Incorporamos los huevos, uno a uno. Añadimos la nata y la vainilla y mezclamos de nuevo. Incorporamos la emulsión.
Separamos un vaso de masa y lo mezclamos bien con el colorante. Incorporamos la masa teñida al resto.
Sacamos la base de la nevera y la rellenamos con esta mezcla.
Horneamos durante 15 minutos a 180º y después bajamos la temperatura a 120º y seguimos horneando al menos 60 - 70 minutos, o hasta que toda la superficie haya cuajado y sólo quede el centro un poco húmedo.
Sacamos del horno, dejamos templar y, cuando esté a temperatura ambiente, pasamos un cuchillo por los bordes. Lo metemos en la nevera toda la noche.
Sacamos la tarta de la nevera.
Tamizamos el azúcar glas, lo batimos con la mantequilla y la leche hasta que se integre. Añadimos el queso (frío) y batimos hasta que la mezcla sea homogénea y cremosa. (Cuanto más lo batamos más consistencia).
Decoramos la tarta con la manga pastelera.