Paso 1:
Pon en un cuenco la harina tamizada, añade los 150 g de mantequilla en pomada, el azúcar, el vino, el zumo de naranja, la piel y la pizca de sal. Mezcla bien todos los ingredientes y trabaja hasta conseguir una masa como de galletas. Forma una bola, aplánala un poco y envuélvela en film transparente. Déjala reposar en el frigorífico durante una hora.
Después del reposo, retírala del frigorífico y si está muy dura, deja que se atempere para estirarla. Con ayuda de un rodillo puedes estirar la masa de las dándole 1 cm de grosor y una forma rectangular.
Coloca en el centro de la masa los 50 gramos de mantequilla (fría) reservada, cortándola fina y cogiendo toda la franja central. Dobla la masa sobre la mantequilla, como si fuera un sobre, dale medio giro y vuelve a amasar. Para que la masa no se pegue a la mesa de trabajo ni al rodillo, puedes colocarla entre dos hojas de papel de horno.
Una vez estirada la masa, vuelve a plegarla, dividiendo un rectángulo en tres porciones, coloca la superior sobre la central y la inferior también sobre la central. Vuelve a amasar y a realizar los pliegues por tercera vez, entonces dándoles ya la forma y el grosor de 1 centímetro. Una vez preparada la masa, déjala en el frigorífico una media hora para que se vuelva a enfriar y endurecer.
Precalienta el horno a 200º C con calor arriba y abajo. Corta los bordes de la masa para que quede bien recta y a continuación corta cuadraditos. Ve colocándolos en la bandeja del horno cubierta con teflón u otra tela de cocción. Cuando el horno esté caliente, introduce la bandeja con las hojaldrinas, baja la temperatura a 180º c y hornea durante 15 minutos, habrán cogido algo de color. Baja la temperatura a 160º C y hornea unos 10-15 minutos más, para que queden secas y crujientes.
Cuando las retires del horno, deja que pierdan un poco de temperatura y rebózalas en azúcar glas.