Paso 1:
En una sartén, mezclar el aceite con el vinagre y el azúcar. Calentar, y cuando esté bien caliente añadir la cebolla y dos pizcas de sal. Dejar pochar suavemente hasta que la cebolla esté un poco caramelizada. Retirar del calor y reservar.
Paso 2:
Mientras se cocina la cebolla, en otra sartén aparte freír la panceta hasta que esté bastante crujiente. Retirar la sartén del calor, y apartar la mitad de la panceta, reservándola en caliente. Agregar la cebolla a la panceta que hemos dejado en la sartén y manenerlo caliente a fuego muy bajo, removiendo de vez en cuando para que no se queme.
Paso 3:
Poner 5 litros de agua a hervir en una olla grande y añadir 50 g de sal. Cuando rompa la ebullición, añadir los rigatoni y cocer hasta que estén listos.
Mientras, encender el horno, ponerlo a 60º, y colocar en él los platos en los que se va a servir la pasta, para que estén calientes.
Paso 4:
Escurrir la pasta (pero no demasiado, o se quedará muy seca) y devolverla a la olla. Echar por encima la cebolla con la mitad de la pancea y remover bien. Añadir el queso rallado, y remover nuevamente hasta que esté medio fundido.
Paso 5:
Sacar los platos del horno, servir la pasta inmediatamente, sazonar con pimenta negra, espolvorear con un poco de queso rallado, y colocar por encima el resto de trozos de panceta. Comer inmediatamente. ¡Buen provecho!