Paso 1:
Pon en un cazo la nata y la leche, mezcla con las varillas manuales e incorpora la sal ahumada, el polvo de boletus y dos o tres vueltas de molinillo de pimienta negra. Vuelve a batir con las varillas mientras enciendes el fuego a temperatura media.
Pon en agua fría las hojas de gelatina.
Bate la preparación hasta que todos los condimentos se hayan disuelto bien en la nata, y mientras llega a ebullición ve batiendo de vez en cuando para evitar que se agarre al fondo.
Cuando rompa a hervir, retira del fuego y añade la gelatina escurrida.
Vuelve a llevar el cazo al fuego, bajando la temperatura al mínimo, y continúa la cocción durante un minuto sin dejar de remover, asegurándote de que la gelatina se disuelve bien. A continuación, vierte el preparado en un molde grande para después cortar las porciones.
Deja enfriar a temperatura ambiente y después en el frigorífico.
Muele los frutos secos y mézclalos con el queso.