Paso 1:
Poner a calentar la leche junto con el azúcar moreno, el azúcar vainillada (la cantidad va al gusto) y un palo de canela en rama. Cuando hierva, retirar del fuego y colar bien.
Paso 2:
Poner abundante aceite de girasol a calentar en una sartén. Mientras se calienta, batir los huevos (la cantidad de huevos batidos irá en función de la cantidad de pan que utilices).
Paso 3:
Cortar el pan en rodajas gorditas (así las torrijas quedarán mucho más esponjosas). Ahora pasarlas por la leche que has hervido hasta que se empapen bien.
Paso 4:
Freír a fuego medio hasta que queden doradas por ambas partes.
Paso 5:
Según las saques de la sartén, las puedes ir colocando sobre papel de cocina para que expulsen el exceso de aceite. Espolvoréalas con un poco de canela y azúcar... ¡Ya están listas para comer!