Paso 1:
Forramos un molde desmontable de unos 15 cm de diámetro con papel de horno.
Trituramos las galletas, les añadimos la mantequilla derretida y mezclamos bien. Cubrimos el fondo del molde y presionamos para igualarla. Reservamos en la nevera.
Ponemos las hojas de gelatina a hidratar en un poco de agua fría.
Exprimimos la naranja y machacamos el plátano. Mezclamos, lo vertemos en un cacito y lo ponemos a fuego medio hasta que el plátano esté bien cocido. Reservamos, a temperatura ambiente.
En un bol batimos el queso con el azúcar y las yemas hasta obtener una mezcla homogénea y densa. En otro bol semimontamos la nata (espesa pero no firme). Mezclamos, con espátula, la nata batida con la crema de queso suavemente y sin batir. Reservamos.
Escurrimos las hojas de gelatina y las agregamos a la mezcla de plátano. Mezclamos bien hasta que se haya disuelto completamente.
Vertemos una pequeña cantidad de crema de queso sobre el plátano y removemos. Mezclamos completamente el plátano y la crema de queso con la espátula, con movimientos envolventes hasta que este uniforme.
Vertemos la mezcla en el molde y refrigeramos al menos 2 horas.