Paso 1:
Ponemos un cazo vacío al fuego y dejamos que se caliente. Añadimos el azúcar y echamos por encima el agua. No removemos y lo dejamos a fuego medio.
Al cabo de un rato veremos cómo empiezan a formarse burbujas cada vez mayores y poco a poco iremos notando como el azúcar cambia de color y empezaremos a oler a caramelo. Cuando esto suceda, giramos el cazo un poco para que se vaya moviendo el azúcar y se haga bien por todos lados.
En el momento que esté completamente disuelto y con un tono dorado, echamos unas gotas de limón, removemos girando el cazo y apartamos del fuego.
Dejamos que se temple un minuto y caramelizamos los moldes, echando un poco en el fondo y girándolos para que se reparta bien por todo el interior.
Precalentamos el horno a 160º. Metemos una bandeja con agua para hacer el baño María.
Batimos las yemas con los huevos y el azúcar hasta que esponjen. Colamos el resultado y poco a poco y sin dejar de batir, vamos añadiendo los 3 tipos de leche.
Vertemos la mezcla en los moldes, cubrimos con papel albal y los colocamos en la bandeja que tenemos en el horno para hacer el baño María. Los dejamos horneando a 180 º durante 35 minutos. Los sacamos del horno, dejaremos enfriar totalmente y reservaremos en la nevera hasta el día siguiente.