Paso 1:
Ponemos el agua fría y la sal en un bol. Dejamos que se disuelva lentamente.
En un bol fundimos 75 g de mantequilla. Seguidamente ponemos en un cuenco las dos harinas, el agua salada y la mantequilla fundida, y lo removemos con regularidad sin amasar demasiado. Formamos una bola, y con la ayuda de un cuchillo, hacemos dos cortes profundos en forma de cruz, la envolvemos en films transparente y la dejamos reposar 2 horas en el frigorífico.
Formamos un cuadrado con el resto de la mantequilla, que no debe estar fría. Una vez que la masa ha reposado, enharinamos levemente una superficie amplia y extendemos la bola con el rodillo, hasta conseguir un grosor de 2 cm, dejando más altura en el centro que en los extremos.
Extendemos la masa en forma de cruz, ponemos la mantequilla en el centro y doblamos los brazos sobre ella. Extendemos la masa hasta conseguir un rectángulo. Plegamos la masa en tres hasta formar un sobre rectangular. Seguidamente la giramos 45º y la extendemos hasta conseguir formar otro rectángulo, plegamos nuevamente la masa en tres. Cubrimos con film transparente y lo dejamos reposar en el frigorífico durante 2 horas.
Repetiremos el proceso 3 veces más, dejando reposar cada vez 2 horas en el frigorífico.
Relleno:
Ponemos en un bol todos los ingredientes y mezclamos hasta conseguir una masa homogénea.
Glaseado:
Ponemos en un bol un poco de leche y vamos añadiendo azúcar glas hasta obtener un masa líquida pero consistente.
PREPARACIÓN
Batimos un huevo y reservamos. Cortamos nuestra masa en cuadrados de 10 cm x 10 cm, extendemos un poco de crema en el centro y un poco de mermelada de frambuesa; sellamos los picos del cuadrado con el huevo batido. Seguidamente, pincelamos el resto del cuadrado y rociamos con almendras laminadas.
Lo introducimos en el horno, precalentado a 180º, y lo horneamos hasta que la masa adquiera un tono dorado. Lo sacamos y lo dejamos enfriar ligeramente sobre una rejilla. Decoramos con el glaseado.