Paso 1:
Despuntar las judías, eliminar las hebras y lavarlas. Poner una cazuela al fuego con un 1 l y 1/2 de agua y sal. Cuando empiece a hervir, añadir las judías y mantener al fuego 3 ó 4 minutos para que queden al dente. Retirar y enfriar en agua con hielo.
Poner una sartén a fuego muy bajo. Añadir las semillas de sésamo y con ayuda de una cuchara de madera remover constantemente durante unos 5 minutos para que se tuesten, con cuidado de que no se quemen. Retirar del fuego, reservar la mitad y llevar la otra a un mortero.
Machacar el sésamo, añadir el azúcar, una pizca de sal y la pasta de miso. Seguir machacando y añadir poco a poco el vino blanco. Servir las judías con esta salsa y espolvoreadas con el sésamo tostado que reservamos sin machacar.