Paso 1:
Mezclamos la harina tamizada, la levadura y la sal. Reservamos.
Batimos el huevo con el azúcar y el agua.
Vamos añadiendo poco a poco la harina, hasta formar una masa homogénea. Dejamos reposar en la nevera para que endurezca un poco.
Retiramos de la nevera y estiramos la masa sobre una superficie ligeramente enharinada hasta que quede relativamente fina.
Cortamos en tiras con un largo suficiente como para cubrir los palitos de queso y los enrollamos en la masa, dejándola bien unida. Volvemos a meter en la nevera media hora.
Freímos en abundante aceite de oliva a fuego fuerte, hasta que se doren. Retiramos a papel absorbente de cocina.