Paso 1:
Calentamos en una olla la leche hasta que esté tibia (cuando metes el dedo y apenas sientes calor). Echamos la leche en polvo y removemos bien para que no queden grumos.
Añadimos el cuajo y removemos bien. Y por último, la sal.
Tapamos la olla y ponemos en un sitio templado.
Transcurridas entre 1 y 2 horas, la leche ya debe haber cuajado. Tenemos que cortarla en ambos sentidos: longitudinal y transversalmente con un cuchillo para que todo el suero salga a la superficie. Dejamos un rato hasta que haya subido todo el suero.
Colocamos en la olla más alta que tengamos la tela de algodón, atando dos esquinas a cada una de las asas de la olla, quedando así la tela un poco tirante.
Vamos cogiendo cuajada con el colador y la ponemos sobre la tela, hasta terminar.
De vez en cuando removemos con una cuchara para ayudar al desuero e ir dando forma de queso.
Dejaremos toda la noche de esta forma y en sitio fresco.