Paso 1:
- Comenzamos cociendo las espinacas. Para ello las lavamos bien con agua abundante. Les quitamos el agua pero no las escurrimos.
- Calentamos dos vasos de agua en una cacerola. Cuando el agua esté caliente, sin llegar a hervir, echamos las espinacas.
- Las cocemos durante 10 minutos.
- Pasado el tiempo las escurrimos bien.
- Para la bechamel, calentamos en una sartén las cinco cucharadas de aceite a fuego medio-alto.
- Cuando esté caliente, añadimos la harina y damos vueltas con una cuchara de madera. Importante no parar de dar vueltas para evitar que se formen grumos.
- Añadimos la leche poco a poco sin parar de dar vueltas. Tiene que estar templada, no fría. Yo la caliento un poco en el microondas.
- Cuando se forme una masa espesa uniforme y sin grumos, añadimos la sal, la pimienta y la nuez moscada (opcional). Mezclamos bien.
- Añadimos las espinacas bien escurridas y mezclamos bien.
- Ponemos en un recipiente apto para horno la mezcla y espolvoreamos con queso para gratinar.
- Gratinamos en el horno hasta que se empiece a dorar el queso.
- Servimos en caliente.