Paso 1:
Disolvemos la levadura en la leche tibia y reservamos.
Tamizamos la harina y la mezclamos con la sal y el azúcar y le damos forma de volcán, ay que ver lo que nos gusta pringarlo todo.
En el centro, añadimos la leche y mezclamos rápidamente con la punta de los dedos de las manos hasta obtener una masa uniforme que, dejamos en un cuenco y tapamos con un paño húmedo. La colocamos en lugar templado y libre de corrientes de aire, lluvias o huracanes.
Paso 2:
Doblamos la masa sobre sí misma y pinchamos las bolsa de gas.
Ahora la trabajamos como la masa de hojaldre, incorporando la mantequilla blandita pero dándole sólo 3 vueltas (ver el apartado "Masas").
La dejamos reposar 15 min.
Paso 3:
Cortamos en triángulos del tamaño que nos apetezca y los empezamos a enrollar sobre sí mismo desde la base hasta la punta.
Engrasamos una placa de horno y los colocamos en ella; dejamos en un lugar sin corrientes de aire unos 30 minutos.
Paso 4:
Se pinta con una brocha de cocina cada croissant con yema de huevo y los metemos en el horno precalentado a 220º unos 10 minutos.