En una olla cocer el zapallo. Cuando esté listo, sacarlo del agua y molerlo hasta que quede como puré. NO botar el agua.
Paso 2:
En una taza disolver los polvos de hornear y la sal en el agua (1/2 de agua) donde se coció el zapallo.
Paso 3:
En una fuente mezclar prolíjamente la harina, el zapallo molido, el aceite y la taza de agua con los polvos de hornear y la sal disueltos. Si es necesario agregar agua o harina hasta que la mezcla tome consistencia.
Paso 4:
La masa debe quedar de un color algo anaranjado, homogéneo, y con una textura levemente (muy poco) pegoteada. Si está muy pegoteada agregar un poco de harina. Si está muy seca agregar un poco de agua del zapallo.
Paso 5:
Cuando esté lista la masa, sacar trozos pequeños sobre un mesón espolvoreado previamente con harina. Amasar y luego estirar con un uslero hasta que el espesor sea de ~3-4 mm.
Paso 6:
Con un molde redondo cortar la masa ya estirada en tantas partes como sea posible. Espolvorear un poco de harina si es necesario para evitar que se pegue a la mesa. Atravesar con un palito de fósforo los trozos cortados, para evitar que se inflen al freirlos. Repetir, el paso anterior hasta que se acabe la masa.
Paso 7:
En un sarten, ojalá profundo, poner aceite vegetal a calentar. El aceite debe cubrir las masas ya cortadas.
Paso 8:
Cuando esté suficientemente caliente el aceite (puede usarse un pequeño trozo de la masa para comprobarlo), poner las sopaipillas a freir por ~1min por lado. Agregarlas en grupos tal que queden una al lado de la otra en el sarten y no una encima de la otra (dependerá del tamaño del sartén; 3-5 sopaipillas debieran ser suficientes).
Paso 9:
Servir con acompañamientos salados (pebre, mantequilla) o dulces (azucar flor, manjar, miel, mermelada).