Cortar la cebolla muy fina y ponerla en una cacerola con la mitad de la mantequilla. Poner a fuego medio y rehogar removiendo a menudo sin dejar que se dore.
Paso 2:
Añadir el arroz y sin dejar de remover con una cuchara de madera, rehogar durante 2 o 3 minutos.
Paso 3:
Añadir el vino blanco y remover constantemente hasta que el arroz lo absorba por completo.
Paso 4:
Agregar un cacito de caldo, dejar que se consuma sin dejar de remover y repetir la operación con el resto del caldo hasta que se complete la cocción.
Paso 5:
Cuando el arroz esté todavía un poco duro (al dente), disolver el azafrán en un poco de caldo y agregarlo al arroz. Lo mejor es hacerlo al final de la cocción para que no pierda el aroma.
Paso 6:
Cuando la cocción se haya completado, incorporar el resto de la mantequilla y 3 cucharadas de queso parmesano.
Tapar, dejar que repose durante un minuto y servir espolvoreado con el resto del queso parmesano.